El chico de la bicicleta verde limón

Eran las cinco de la tarde. Sábado. Estaba con Emily. Habíamos decidido ir a un parque en el que la gente cool no solía ir. Y claro si me veían a mi con ella su vida social se desmontaba. Porque a simple vista eramos totalmente diferentes. Ðє§Ĩⓖµą₤эŠ. Pocas veces se solía ver a alguien con pinta de fulana con otra persona con pinta de niña buena. Pero en el fondo no eramos tan diferentes. Porque su falda rosa me encantaba. Seguidos andando hacía adelante, mientras me contaba todo tipo de cosas. Faldas manchadas, tacones rotos, maquillaje corrido, mentiras, engaños en el amor, etc. Hechaba de menos esa vida. Sentirte famosa, importante, a veces la mejor, siempre rodeada de gente y... Y pasó lo inimaginable. Habiamos llegado a un camino en el que o seguías para adelante o seguías para adelante. Mejor dicho había llegado. Porque hacía cinco minutos a Emily se le había puesto la cara blanca y se había escondido detrás de una casa. Porque Mike estaba allí, a doce pasos de talla treinta y siete. Y no  podía permitir que le viesen conmigo. Me entraron ganas de irme corriendor, y no volver. Pero no podía hacerlo. Tenía que hacer como si no pasase nada, como si fuera otro chico cualquiera cerca de un parque cualquiera. Pero entonces un frío helado me recorrío de arriba a bajo. Un escalofrío. Unos ojos marrones miraban los míos. Desde una bicicleta verde limón.

En cero como dos segundos habia memorizado su cara, su cuerpo, sus dedos. Todo. El chico de la bicicleta verde limón había quedado grabado en mi mente. No podía olvidar esos ojos, pero de repente una falda rosa en un escaparate de cristal llamó mi atención. No me di cuenta cuando saqué la tarjeta de crédito de mi bolsillo.

Seel.

Cambiar, de lo más a quizás a algo pueda aspirar

Antes yo era distinta. Era MET. ¿Qué que es esto? Mejor dicho quienes son. Bueno, MET, simplemente solo puede significar una cosa. Mini-falda-Escote-Taconazo. Antes yo era así. Todos los días igual, una mini-fada de cada color, cualquier camiseta con un gran escote y unos tacones de vértigo. Así es como conocí a Mike y así es como me pidió salir, tan solo le hizo falta una semana para pensarselo. Con el solo servía una cosa: divertirse. Salir, besar, gritar... ADRENALINA PURA. Así es él. Así era yo. Pero al cabo de esas dos semanas de relación (creedme con Mike eso es mucho tiempo), rompió conmigo a finales de verano. ¿En que me refugié? Bueno pues gracias a Dios el verano lo pasé en la playa con mi familia, sin verle un pelo. Excepto el otro día, primer día de clase, él entra nuevo en el instituto y yo con mi proposito de olvidarle, me vuelvo a enamorar solo con ver esos ojos azules. Pero el ya no me va a querer y no porque no salga otra vez con la misma chica, ni por que tenga una novia con la que romperá la semana que viene. Sino porque ya no soy lo que era.

He cambiado. Muchas chicas lo hacen cuando rompen con alguien, se tiñen el pelo, se vuelven putas o como yo, cambian de estilo totalmente. He pasado de las mini-faldas, el escote y los taconazos a las blusas, los pantalones, y las toreras. He pasado de cremas, mascarillas, planchas y maquillaje a cara normal, coleta y champú sin acondicionador. ¿Que pensaría mi otro yo sino hubiese acondicionador? Seguramente se mataría. Llevo sin hacerme la manicura mucho tiempo. Otra razón para matarme a mi misma en el pasado. Por eso no le voy a gustar a Mike. Pero me da igual, bueno en verdad no.... ¡Tengo que dejar de pensar esto! Asi que no voy a volver a ser la de antes porque quiero olvidarme de él como si todavía tuviese una muralla construida para que no pasara.
Y así llevo una semana, él me habla, yo le contesto, me pierdo en sus ojos azules, él me dice gracias y yo me despierto de mi sueño irreal. ¿Deprimida? Mas que eso. Pero bueno este sábado, dentro de cinco dias, iré a dar una vuelta con Emily. Mi mejor amiga de cuando era "guay", con la que aún me llevo bien, pero siempre fuera del instituto porque si no bajon "social" para ella. La cosa promete, supongo que me enterare de las novedades de los mas cool del instituto, entre ellos, Mike.

Seel.

Mike, Mike, sí, Mike

Creo que he empezado ha recordar demasiado pronto. Juré -en verdad solo me lo planteé-  que lo olvidado, estaba bien olvidado. Me había desatado de ese lazo de obsesión que nos unía, o mas bien, me unía con él. Pero claro los recuerdos siguen ahí y a veces salen demasiado pronto. Me estaban taladrando la cabeza, desatando mis temores de volver a recordar las caricias, los besos, las sonrisas, los susurros... todo habia quedado en el olvido. Hasta ahora. 

Había dejado de creer en el amor, y me habia limitaado a pensar que no existía, porque al fin y al cabo cuanto te rompen el corazón por primera vez sientes que el mundo se va abajo, y que ya no queda nada. Pero bueno, como siempre ahi estoy yo haciendo la valiente, dando un paso adelante y superando la situación pensado que jamás me volvería a enamorar, que sería fría y dura, solo líos, sin ataduras. Pero como veis puede que sea una cobarde, no, no, nunca seré eso, pero a veces algunas cosas no se pueden superar. Porque a veces cuando crees que todo esta en el olvido, se enciende una bombilla que dice aquí estoy yo, recúerdame. Y entras en el estado «desesperación», diciendo otra vez no, y derramando lágrimas cuando sabes que te va a vencer. Alguien dijo que el amor siempre queda por encima de todo. Yo lo creía. Pero no de una manera tan dolorosa. Porque me siento como si volviera a caer en la misma trampa.
Se llama Mike. Mike a secas. ¿Qué si estuvimos saliendo? Yo que sé. Quizás el me quería. Quizás solo quería un lío. Quizás me queria hacer sentir mal. Quizás, quizás...  Es raro, extraño, yo le quería. Yo creía que el me quería. Yo quería que el me quisiese. Porque era perfecto. Rubio, ojos azules irresistibles y una sonrisa que me dejaba helada. Cualquier chica que hubiese estado con él una hora estaría saltando de alegría, como yo quizás lo hice. Pero eso ya se termino, ¿o no?

Seel.

Elle

Ella. Es como tú seguramente. De estatura normal, pelo castaño hasta la cintura y ojos marrón chocolate. Sabe reirse, sabe llorar. Sabe ser ella misma. Alguna vez ha mentido, pero cuando lo hace, intenta buscar solución aunque a veces se enreda más y más. Sabe contar historias. Sabe escuchar. A veces necesita ayuda. Pero es Ella. ¿Especial? Quizás. Fuma, bebe, hace de todo sin hacer nada. Se enamora fácilmente y pierde la cabeza. Le encanta el chocolate. Pero no toma porque los granos estan de su parte. Le encantan las chucherias, patatas y dulces pero sabe que puede engordar y eso la susta. Ella es... ¿normal? No. ¿Pero quien lo es?
Ella es... rara, loca, fiestera, dulce, ¿compasiva? Ella es ella. Esta es su historia.